Diseñar oficinas es todo un desafío; hoy en día cada vez más empresas buscan un cambio en sus espacios de trabajo en búsqueda de aumentar áreas comunes/colaborativas y de alejarse un poco de la estructura más “tradicional” que solía predominar en el diseño de estas. No obstante, creo firmemente que hay mucho más en juego cuando hablamos del futuro de las oficinas. La pandemia fue solo el punto de partida para una transformación más profunda que ya está redefiniendo la manera en que concebimos nuestros espacios de trabajo.
El post-pandemia
No cabe duda de que la pandemia fue el catalizador de un cambio radical en la forma en que trabajamos. La colaboración y la flexibilidad en los espacios de trabajo son los pilares fundamentales. Pero, ¿qué pasa ahora que la pandemia ha quedado atrás? ¿Qué hacemos con este nuevo paradigma de trabajo?
En una reunión de networking de ASAEDE con Pablo Fiuza, presidente de la Cámara de la Industria Argentina de Software (CESSI) terminamos hablando sobre cómo notamos que en el sector del desarrollo y programación, el trabajo remoto, que siempre ha estado presente, ahora es visto como un requisito indispensable.
Desde Gamatec supimos entender esta nueva tendencia desde un principio y en estos años hemos llevado a cabo varios proyectos enfocados en crear oficinas más pequeñas, diseñadas para equipos rotativos y con un fuerte énfasis en espacios colaborativos que sean más que sólo un lugar de trabajo y que abracen a los trabajadores y les brinden todo tipo de facilidades.
Estos espacios no solo facilitan el trabajo en conjunto, sino que están pensados para que el networking, las reuniones y el encuentro tomen un rol principal.
Del negocio al ocio: La transformación continúa
Si bien la pandemia marcó un punto de inflexión, no podemos quedarnos en ese cambio inicial; hay que pensar en el largo plazo y anticiparse a las necesidades que tendrá la industria en los próximos años.
Las oficinas, que antes eran lugares exclusivamente dedicados al trabajo, se están transformando en espacios que también sirven para el ocio, el aprendizaje y la construcción de relaciones.
Hoy en día hay áreas de trabajo que solo visitan la oficina esporádicamente, generalmente para capacitaciones o reuniones específicas mientras que otros equipos, dependiendo de sus funciones, suelen acudir a la oficina dos o tres veces por semana. ¿Y cuál es el reto entonces?
La clave está en el bienestar, equipos de trabajo sólidos, que funcionen en sincronía y donde la buena relación entre los miembros sea evidente. Las oficinas, en este contexto, juegan un papel crucial.
Las oficinas ya no son solo un lugar de trabajo; son espacios donde se construyen equipos, se fomenta la innovación y, sobre todo, se crean conexiones humanas duraderas.
¿Y ahora qué?
Para realmente entender cómo serán las oficinas del futuro, necesitamos mirar más allá de las tendencias actuales y empezar a hablar con quienes definirán el trabajo en los próximos años: las generaciones que hoy están en el colegio o en sus primeros años de universidad.
Estos jóvenes, que todavía no tuvieron su primera experiencia laboral, tienen expectativas y visiones frescas sobre lo que buscan en un entorno de trabajo.
Si los escuchamos, podemos empezar a construir espacios que no solo respondan a las necesidades de hoy, sino que anticipen las de mañana, creando oficinas que sean verdaderamente innovadoras, inclusivas y preparadas para el futuro.